Apuntar a alguien influyente en mi vida es imposible.
Sé que mi vida está llena de influencias.
Creo que los contactos que me ha proporcionado han sido necesarios, tanto en positivo como en negativo.
De hecho, los más importantes podrían ser aquellos que me han puesto a prueba y han desvelado de mí elementos de ser que sin ellos no hubieran salido a la superficie, aunque no hayan sido visibles para los demás.
Momentos de cobardía y miedo que me han enseñado lo frágil y expuesta que me he sentido.
El hecho de que tener un origen por el que en los primeros años de estudiante, siendo niña, era señalada y desvalorizada, he visto que ha sido clave para reafirmarme y ganar sentido y fortaleza.
Y darle la vuelta, sintiendo que tengo desde allí un conocimiento que agradezco. Un saber sobre la vida.
El tiempo hace como el aire que se lleva lejos partículas ligeras.
Aquello que dolía es mera anécdota.
Aquellas personas dañinas, mujeres hoy, no forman parte de recuerdos que enriquecen mi memoria.
Una vez hablé de aquello con mi madre. Me dijo que nunca lo imaginó.
Entiendo de la vida mucho, por el hecho de haber estado allí.
Animo a la niña que fui a seguir su destino y vivir.